26.7.12

Libertad Enjaulada





Como un pájaro enjaulado.
Así se siente mi alma, ávida de acontecimientos sorprendentes, de aventuras descabelladas. Ansiosa por saltar, gritar, volar, soñar...
Atrapada contra finos barrotes de oro y brillantes, en un cuerpo que se le antoja ajeno. Distante y lejana y a la vez tan real, tan dolorosamente real...
Llora a través de mis lágrimas, grita con mi voz, se duele en mi cuerpo... pero no se siente identificada con él. Se siente libre, sin límites, sin cortapisas... como el viento, como la brisa, como una nube que se disipa para más tarde, más allá del horizonte, volver a tomar forma.
Como un cielo plagado de estrellas ocultas por el sol o poderosas bajo la suave luz de la luna.
Pero se siente enclaustrada contra su voluntad, contra su naturaleza. Obligada a marchar a un paso lento, demasiado lento.
Si pudiera escapar, aunque sólo fuera un instante, como un niño durante el recreo, a su aire, sin obstáculos, sin restricciones, ni hora de llegada. Si pudiera volar alto, muy alto y tan lejos que perdiera de vista sus ataduras. Si pudiera realizar sus sueños y soñar con otros nuevos, la vida sería más amable y más fácil de vivir. Simplemente sería Vida.