2.1.07

Aún existe una luz

Gritos de silencio ahogados en el rumor de la noche. Apagados en el susurro de una brisa desierta.

Lágrimas secas que empequeñecen el alma, inundándola de soledad.

Pequeños dardos envenenados de un aroma conocido y añorado hasta la extenuación.

Dagas invisibles que se clavan en el pecho, desangrando el corazón con una melodía desencantada.

Sólo una pequeña luz al final del camino. Minúscula y tan difícil de alcanzar...

Extiendo los brazos y ni siquiera consigo rozarla.

Sé que sigue ahí, débil y asustada. Temblando ante mis dudas, mis miedos y angustias. Pero aún no se ha apagado, sólo tengo que llegar hasta ella y avivarla entre mis dedos.

Sé que el esfuerzo exigido es grande, pero merece la pena intentarlo.

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